El candado no se abre. Por Aleaga pesant.
Como dice el bolero, el cuartito está igualito, detenciones arbitrarias, decomiso de los medios de trabajo...
La Habana. 5 de marzo de 2019
Luego de la sorpresa llevada por los blogueros semioficialitas cuando intentaron noticiar sobre la tragedia que dejó a su paso el Huracán Mitchell, cuando fueron detenidos por la policía política y decomisados todos sus herramientas de trabajo, vino el ataque de Mario Díaz, contra la prensa independiente, aun antes de ser ungido como sucesor.
Ese mismo individuo comenzó un matrimonio extraño con una de sus víctimas, Hugo Cancio, director de On Cuba. De ahí para acá, como dice el bolero, el cuartico está igualito, detenciones arbitrarias, decomiso de los medios de trabajo y un fuerte secretismo por el Estado comunista, que impide como favorable para la libertad de prensa el año 2018.
En Cádiz, Andalucía, existe un pequeño monumento a la libertad de presa. Un monolito de un metro aproximadamente, sirve de pedestal a un candado abierto. Esa pudiera ser la representación figurativa más cercana a la libertad de prensa: El candado abierto.
De forma académica, el candado abierto significa la existencia de garantías con la que los ciudadanos tengan derecho a organizarse para la edición de medios de comunicación, con contenidos no controlados, ni censurados por los poderes públicos o del Estado y donde toda persona pueda publicar sus ideas libremente y sin censura previa.
Con el fin del gobierno metropolitano español, y el establecimiento de la república en 1902, Cuba gozó de una amplia libertad de prensa, donde tuvieron su espacio, diarios antisistema impresos como el Hoy, o la emisora 1010, o la Sociedad Cultural Nuestro Tiempo, Todos de tendencia comunista, y firme apoyo a la instauración de la censura y la eliminación de la libertad de medios.
Sesenta años después, hay quienes proclaman la necesidad de una Ley de Medios, para defender la libertad de prensa. Otros consideran que realizarse en las actuales circunstancias, sería establecer un férreo control a futuro, sobre el candado abierto.
Compliquemos el asunto, desde el comienzo del siglo XX, y el establecimiento de dos sistemas políticos claros, la democracia y la autocracia, tomaron para sí la bandera de la libertad de prensa, y se infiere la diferencia en los criterios de generación y asignación de los medios de comunicación necesarios para su existencia.
Pero al final dependen del criterio de la libertad o la esclavitud, encerrado en el antológico chiste: Un norteamericano dice lo que considera del presidente de los Estados Unidos. Un cubano dice lo que considera, del presidente de… los Estados Unidos.
Los medios de comunicación oficiales en Cuba, tienen mucho cuidado de criticar, ya no al dictador comunista de turno. Ellos no son capaces de evaluar equilibradamente, ninguna gestión de gobierno, de los aliados del gobierno o tan siquiera, la política del gobierno sobre un asunto remoto.
No están autorizados, para ello existe el Departamento Ideológico del Comité Central Comunista, que dirige ahora Joel Suarez Pellé, pero antes fue dirigido por personajes tan grises, como Carlos Aldana, o Balaguer Cabrera, ambos de reconocida intolerancia comunista.
Ya estamos en marzo de 2019 y las esperanzas que algunos pusieron en el nuevo mandatario, de que podría abrir el candado de la libertad de prensa, se pierden, como se deshojan los almanaques.
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