
Le escribo como un ciudadano dual: americano por naturalización, y cubano de nacimiento
The President
The White House
1600 Pennsylvania Avenue, N.W.
Washington, DC 20500
Mr. President Joseph R. Biden,
Dear President:
Mi nombre es Miguel Saludes García. Fui cofundador del Movimiento Cristiano de Liberación en Cuba en 1990 y promotor del Proyecto Varela en 1996. También he trabajado como periodista independiente desde 2003. Representante Internacional Pro Freedom Press Association of Cuba (APLP)
Le escribo como un ciudadano dual: americano por naturalización, y cubano de nacimiento. A través del contenido de esta carta, deseo expresarles mi profunda consternación sobre ciertas políticas gubernamentales, que son perjudiciales para la soberanía del pueblo de Cuba y perjudiciales para su propia búsqueda de la Libertad y la Felicidad. Aunque el siguiente tema puede parecerle de menor importancia en este momento, teniendo en cuenta las crisis más profundas que usted y su administración están enfrentando actualmente, le ruego que lo consideren al comenzar a dar forma a su agenda ejecutiva para los próximos cuatro años de su presidencia.
En 2014, el presidente Obama hizo historia cuando tomó las medidas necesarias para reabrir las relaciones diplomáticas entre nuestras dos grandes naciones. En cuestión de meses, logró cambios más positivos en la isla que cualquiera de sus predecesores. Los muchos testimonios que me han llegado desde Cuba y desde el extranjero, historias que me sería un honor compartir con ustedes, si me dan la oportunidad, son prueba viviente de los cambios positivos provocados por el deshielo de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba. A pesar de que Cuba no experimentó una libertad de retorno inmediata y democracia, se dejó una puerta abierta para facilitar un cambio progresivo en el pueblo cubano, que, después de todo, lleva dentro de sí la capacidad de promover el verdadero cambio.
Desafortunadamente, con el cambio de administración en 2016, el presidente Trump se decidió a desmantelar el legado del presidente Obama, adoptando un enfoque más agresivo hacia Cuba. El presidente Trump revirtió muchas políticas de la era Obama, citando muchas justificaciones para hacerlo, incluyendo la idea de impedir que miembros del gobierno cubano y los militares cosechar los beneficios financieros de las nuevas relaciones diplomáticas. Sin embargo, las políticas del presidente Trump han sido totalmente desfasivas de las verdaderas necesidades del pueblo cubano dentro y fuera de la isla.
limitaciones, por ejemplo, han frustrado casi por completo las funciones de la embajada estadounidense en La Habana, que no ha visto otra opción que delegar sus muchas funciones esenciales en oficinas sustitutas repartidas por todo el continente latinoamericano. Además, las nuevas políticas han tenido un impacto negativo en la forma en que la gente en Cuba recibe dinero de familiares y asociados que residen en los Estados Unidos a través de remesas (muchas personas ahora no pueden recibir fondos de los Estados Unidos).
Además, la industria del turismo, en la que el pueblo cubano depende en gran medida para la seguridad económica y la prosperidad, también ha sufrido con la cancelación de muchos vuelos entre los dos países, y la congelación de la mayoría de los viajes de cruceros recreativos a la isla. Por último, también se han interrumpido los prometedores intercambios culturales y deportivos entre los dos países debido a las nuevas políticas en vigor. Habida cuenta de las razones antes mencionadas, he escrito esta carta para pedirle humildemente, señor Presidente, que considere abordar los siguientes puntos en un futuro próximo de su Presidencia.
Por favor considere: retirar a Cuba de la designación de Patrocinador Estatal de Terrorismo. restablecer las operaciones de la Unión Occidental con Cuba. restablecer los viajes de personas a personas a la isla lo antes posible para ayudar a desarrollar una vez más un flujo de comunicación entre nuestras dos naciones.
Reapertura de la Embajada de los Estados Unidos en La Habana a plena capacidad y permitiendo que la Embajada de Cuba en Washington haga lo mismo. Entiendo que para que esto ocurra, primero debe garantizar la seguridad de los diplomáticos estadounidenses que regresarán a la isla, dadas las misteriosas y aún inconclusas circunstancias que hicieron que la embajada cerrara. Sin embargo, es integral que se tomen las medidas necesarias para garantizar un restablecimiento rápido, seguro y completo de las funciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba. trabajando junto con el Congreso para poner fin al embargo de Estados Unidos contra Cuba.
plenamente convencido de que el pueblo cubano, a su debido tiempo, sabrá cómo encontrar sus derechos legítimos y soberanos, y que seguirá el camino adecuado para asegurar la democracia y las libertades civiles. La solidaridad internacional con el pueblo cubano debe basarse en el respeto de sus derechos humanos y civiles universalmente reconocidos y, por lo tanto, debe adherirse a las normas jurídicas internacionales. Nunca debe basarse en la imposición de leyes extraterritoriales, una práctica que, en la historia diplomática de nuestras dos naciones después de 1959, ha demostrado ser inaplicable y éticamente inaceptable.
Ruego que Dios ilumine su presidencia y les conceda la salud, la fuerza y la sabiduría para ser un gran presidente, no sólo para el pueblo estadounidense, sino también para el pueblo cubano. Más respetuosamente,
Miguel Saludes
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